Volar a través de las zonas horarias puede resultar en una experiencia agotadora conocida como jet lag. Te sientes cansado durante el día, tienes problemas para dormir por la noche y todo tu ritmo circadiano parece estar fuera de sincronización.
En este artículo, te daremos valiosos consejos para evitar el jet lag y cómo adaptarte rápidamente a nuevas zonas horarias. No importa si eres un viajero frecuente o alguien que vuela de manera ocasional, estos consejos serán de gran ayuda.
¿Qué consejos debes utilizar si quieres evitar el jet lag?
Muchas veces al viajar, el jet lag se hace presente. En estos casos, para no tener un mal día mientras el cuerpo se acostumbra, puedes seguir los siguientes consejos, para reducir estos efectos.
Ajusta tu horario antes de volar
Antes de embarcarte en tu viaje, trata de ajustar lentamente tu horario para estar en sincronía con el de tu destino. Si viajas hacia el este, intenta acostarte y levantarte un poco más temprano cada día. Si tu destino está hacia el oeste, haz lo contrario.
Este cambio gradual puede ayudar a tu cuerpo a adaptarse a su nuevo horario antes de que aterrices. No solo te ayudará a evitar el jet lag, sino que también te permitirá aprovechar al máximo tu tiempo en tu destino.
Mantén tu cuerpo hidratado
Viajar en avión puede deshidratarte. El aire acondicionado y la baja humedad en la cabina del avión pueden contribuir a la sensación de jet lag.
Por eso, es importante que bebas mucha agua antes, durante y después del vuelo. Evita las bebidas alcohólicas o con cafeína, ya que pueden aumentar la deshidratación y alterar tu ciclo de sueño. Recuerda, un cuerpo bien hidratado se recupera más rápido del jet lag.
Descansa bien antes del viaje
Un buen descanso antes de tu vuelo puede hacer maravillas para minimizar los efectos del jet lag. Procura tener una buena noche de sueño antes de embarcar. Si llegas al avión ya cansado, será más difícil para tu cuerpo adaptarse al cambio de zona horaria.
Evita las prisas de última hora empacando con anticipación y llegando con tiempo al aeropuerto para reducir el estrés.
Mantente en movimiento durante el vuelo
Permanecer sentado durante largas horas puede afectar la circulación de la sangre en tu cuerpo. Por eso, es aconsejable levantarte y moverte cada cierto tiempo. Realiza algunos estiramientos o camina por el pasillo para mantener tu cuerpo activo.
Esto no solo ayuda a evitar el jet lag, sino que también reduce el riesgo de coágulos de sangre, un problema común en vuelos largos.
Ajusta tu reloj al horario de tu destino
Tan pronto como embarques en el avión, cambia tu reloj al horario del destino. Esto te ayudará a aclimatarte mentalmente al nuevo horario. Trata de comer y dormir según este horario durante el vuelo, en lugar de seguir el de tu ciudad de origen.
¿Por qué se produce el jet lag?
El jet lag puede parecer simplemente producto del cansancio o el estrés del viaje. Sin embargo, hay una explicación científica detrás de este fenómeno, que tiene que ver con nuestro reloj biológico y cómo este se altera cuando atravesamos diferentes zonas horarias.
Nuestro reloj biológico y las zonas horarias
Todos poseemos un «reloj interno» que regula los ritmos circadianos, ciclos de 24 horas que influyen en nuestras funciones biológicas como la vigilia, el sueño, la temperatura corporal y la producción de hormonas. Este reloj está sincronizado con la luz solar y el entorno.
Cuando volamos a través de múltiples zonas horarias, la exposición a la luz solar y el entorno cambian rápidamente, desajustando nuestro reloj interno.
El jet lag se produce cuando nuestro cuerpo intenta sincronizarse con la nueva zona horaria, un proceso que puede llevar varios días.
Durante ese tiempo, es posible que experimentemos varios síntomas desagradables, que van desde la somnolencia diurna hasta la dificultad para dormir por la noche, pasando por problemas digestivos y una sensación general de malestar.
Factores que influyen en el jet lag
La dirección del vuelo es un factor determinante en la gravedad del jet lag. Viajar hacia el este suele ser más problemático, ya que se «pierden» horas, y nuestro organismo se ve obligado a adaptarse a un día más corto. En contraste, volar hacia el oeste, prolonga el día, un ajuste que suele ser más fácil para el cuerpo.
Otro aspecto clave es la cantidad de zonas horarias que se cruzan. Cuanto mayor sea el número de estas, más desafíos tendrá el organismo para ajustarse.
Si solo cruzas una o dos zonas horarias, podrías apenas notar el efecto. Pero si atraviesas varias, es probable que el jet lag sea significativamente más severo.
La edad es un tercer factor a considerar. Los estudios sugieren que las personas mayores pueden tener más dificultades para adaptarse a un nuevo horario que los más jóvenes.
Esto se debe a cambios en los ritmos circadianos y en el metabolismo que se producen a medida que envejecemos. Por tanto, si eres mayor, es posible que necesites más tiempo para recuperarte de un viaje largo.
Por último, el estado de salud general también puede influir en la experiencia del jet lag.
Las personas con afecciones médicas crónicas, como enfermedades del corazón, diabetes o trastornos del sueño, pueden encontrar más desafiante la adaptación a un nuevo horario. Del mismo modo, aquellos con problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión, también pueden ser más susceptibles al jet lag.
El jet lag puede ser un desafío, pero con estos consejos, podrás enfrentarlo con éxito. Recuerda, cada cuerpo es diferente y puede llevar algún tiempo adaptarse por completo. Pero, si sigues estos consejos, podrás disfrutar de tu viaje mucho más rápido.