¿Por qué reaccionamos cuando dicen nuestro nombre?

¿Por qué reaccionamos cuando dicen nuestro nombre?

Cuando somos llamados por nuestro nombre, se produce una reacción psicológica muy positiva que impacta en las relaciones personales. Escuchar que mencionan tu nombre genera una sensación de bienestar, ya que te hacen sentir importante y valorado,  lo que a su vez genera una respuesta receptiva y de confianza.

¿Por qué nos sentimos identificados cuando mencionan nuestro nombre?

  • Porque el nombre simboliza la identidad de una persona, cuando otras personas lo recuerdan y lo mencionan, generan agradecimiento y despiertan el sentimiento de empatía de forma inmediata.
  • Ya lo señalan algunos expertos como Dale Carnegie, que el hecho de llamar a los demás por su nombre supone un gesto simple, que hace recordar a las personas que es el sonido más importante y dulce que pueden escuchar.
  • Quien te llama por tu nombre te ofrece un gesto de respeto, te hace sentir tomado en cuenta y que eres importante.
  • No es casual que grandes líderes como el presidente norteamericano Theodore Roosevelt, recordaran el nombre y detalles de la vida personal de cada uno de sus empleados más cercanos, lo mismo que de otros personajes de la política y grandes personalidades. Sin duda, es un gran gesto que se agradece.

Investigaciones dan cuenta de la importancia de escuchar el nombre propio

Al escuchar el nombre propio, el cerebro activa con mayor fuerza su hemisferio izquierdo, al mismo tiempo que la actividad se muestra superior a nivel de las neuronas de las cortezas media y temporal del cerebro, cosa que no sucede cuando escuchamos el nombre de otras personas.

Esto es parte de un estudio realizado por la Universidad de New Jersey, USA, de la que también se conoce que tales estudios, dan cuenta de que saber que alguien nos menciona coloca en actividad algunas zonas del cerebro, y que en otro momento están dormidas.

¿Cuál es la razón por la que nos agrada que nos llamen por nuestro nombre?

  • Si alguna vez has tenido esa sensación de desagrado al escuchar que te llaman por el nombre de otra persona, es porque realmente nos encanta que nos llamen por el nuestro.
  • La razón es que la escucharlo, inmediatamente se activan aquellas partes del cerebro que están vinculadas con el afecto positivo.
  • El nombre propio está estrechamente vinculado con el yo, se refieren a una individualidad, te proporcionan identidad, humanidad y sentido de pertenencia. Tan simple como que tengas en casa un montón de tazas o vasos, los cuales te da igual utilizar.

  • Sin embargo, cuando alguno de estos objetos es personalizado con tu nombre le cambia el sentido, crece su valor y no hay duda de que te pertenece, algo así es lo que ocurre con el nombre propio.
  • Identidad y nombre van de la mano, el nombre es lo que te identifica a donde quiera que vayas, es una pertenencia que te distingue, íntima y propia. Es por ello que cuando mencionan tu nombre, es un gesto por demás significativo y agradable.
  • Cuando deseas estimular de forma positiva a tu interlocutor, ya sea un colaborador, empleado, familiar, amigo, etc., el mencionar su nombre supone una excelente practica que sin duda va a tener un impacto muy positivo en este.
  • De hecho, es una estrategia psicológica muy efectiva por medio de la que demuestras que estimas y valoras a estas personas. De esta manera puedes cercarte y fomentar la empatía y las relaciones interpersonales, confiables y duraderas.

Practica a memorizar los nombres de otras personas

Memorizar los nombres de tus compañeros de trabajo, amigos y terceros en general, requiere de un poco de ejercitación y en el proceso, te vas a sorprender de cómo te humanizas y mejoras notablemente tu memoria.

Pero más allá de esto, el conocer el identificar a una persona por su nombre y memorizarlo supone aprender un poco más de esta, prestando atención a aquellos detalles que te ayuden a identificarla en conjunto y no solo por el nombre.

Cuando conoces algo más que su nombre, puedes tener una poco más de influencia sobre estas personas, que finalmente son las que compran tus productos, impulsan tu compañía o hacen parte de tu equipo.

Imagina que eres parte de un equipo de deportes, un ambiente donde la comunicación es primordial para conseguir un objetivo común.

Pero ¿cómo te comunicas de forma efectiva si no conoces el nombre de tus compañeros, así como sus fortalezas y puntos débiles?, ¿cómo van a atender a cualquier petición a exigencia que tengas, si no les llamas por su nombre?

¿Sabes por qué los humanos tenemos nombre y apellido?

Estos dos elementos nos ayudan a identificarnos y a diferenciarnos de otras personas y en el caso del apellido, se toma como una especie de herencia de nuestros padres por medio de la que les rendimos honor.

Sin embargo, lo primero que se conoció en tiempos muy antiguos fue el nombre, ya que la forma en la que estaban organizadas las personas, específicamente en pequeñas aldeas, no necesitaba más que un nombre para identificar a sus pocos habitantes.

Con el tiempo, comenzaron a surgir las grandes ciudades y con ellas creció la cantidad de habitantes, esto condujo a la aparición de los apellidos como una manera de diferencias a las personas más eficazmente.

A medida que los tiempos evolucionaban, muchos de estos apellidos también lo hacían por medio de pequeñas modificaciones, traducciones a otros idiomas y otros detalles que permitían darles un toque de originalidad y pertenencia.